Ramiro (1O35-1O64), hijo de rey, hermano de reyes y padre real,inicia una dinastía que durante un siglo (1O35-1134) regirá los destinos de Aragón, primero en el tránsito de condado dependiente a reino independiente y luego en el inicio de la construcción de una entidad política, institucional y social que con el paso de los siglos llegará a encabezar un conjunto de reinos, condados y dominios formando parte de la Corona de Aragón.

Balbuciente en la documentación imprecisa que no permite ratificar la asunción personal del título real, fue el eslabón entre un pasado incierto y un futuro esperanzador, asumiendo las estrechas relaciones familiares y el equilibrio entre su personalidad histórica y la del territorio heredado de su padre Sancho III de Pamplona, Sancho el Mayor.

Y si bien la información manejable sobre su ejecutoria plantea tantas dudas, sin embargo, se puede rehacer una semblanza entendible de su época a través de los episodios que el autor del biocuento relata con sencillez y gracejo, en una concesión a lo verosímil dentro de lo ajustado al tiempo y al espacio; cerrando, de momento al menos el conjunto de biocuentos ofrecidos, sobre todo, al común y, muy especialmente, a los más jóvenes sobre el primer siglo y algo más de la historia del reino de Aragón con este de Ramiro I e incluyendo los otros biocuentos dedicados a Sancho Ramírez. Pedro I, Alfonso I, Ramiro II y la reina Petronila.